En este mes de agosto España entra en su tercera ola de calor del verano, este episodio de calor va a intensificar el riesgo de incendios forestales en estas fechas, que ya de por sí es muy alto.
En 2022
ardieron cerca de 270.000 hectáreas y se contabilizaron 57 Grandes Incendios Forestales.
En más de un 96%
de los incendios con causa conocida en España, el fuego es ocasionado por el ser humano.
Aunque los incendios tienen la capacidad de surgir en todas las estaciones, su incidencia tiende a aumentar durante la primavera y el verano. Resulta relevante señalar que el cambio climático contribuye al aumento en la frecuencia de estos incidentes. Los fenómenos relacionados con el calentamiento global, como la sequía y el aumento de las temperaturas, acentúan los impactos de los incendios forestales y complican su gestión.
La superficie forestal quemada en España entre el 1 de enero y el 23 de julio de 2023 es de 62.794,64 hectáreas, menos de la mitad que el año pasado, cuando hasta ese día se habían quemado 134.825,62 hectáreas. Los expertos señalan que las abundantes lluvias que trajo el final de la primavera han supuesto un alivio para los bosques españoles, aunque, de igual modo, avisan del efecto que puede tener en este mes las temperaturas extremas que anuncian la ola de calor más potente del año para estas semanas. Ante la subida de temperaturas que se volverá a experimentar a partir de mediados de agosto y la situación de abandono rural de los bosques españoles, los expertos auguran complicaciones relativas al fuego. Según el mapa de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el riesgo de incendio es muy alto o extremo en casi toda España.
Según un estudio reciente de Global Forest Watch (GFW), World Resources Institute (WRI) y la Universidad de Maryland los incendios forestales aumentaron considerablemente. El fenómeno se cobra actualmente el doble de la masa forestal que hace 20 años.
Los efectos negativos que los incendios forestales provocan en los ecosistemas y en el medio ambiente están vinculados a factores como la frecuencia, la gravedad, la intensidad y la duración de los incendios. La intensidad del fuego está relacionada con la cantidad de energía liberada durante el incendio forestal y se mide en términos de calor (calorías) o potencia (vatios); mientras que la gravedad se refiere a los impactos que este ocasiona en el entorno y en los ecosistemas.
Los impactos de los incendios forestales pueden ser:
En el suelo
La estructura del suelo es el factor físico más relevante que resulta afectado con los incendios forestales, puesto que se puede generar un aumento en la densidad del terreno y una reducción de la porosidad (espacios vacíos ocupados por partículas de aire o agua). Esto deriva en la disminución de la productividad del suelo, debido a la interrupción de la capacidad de infiltración de agua y a los daños irreversibles en la materia orgánica.
Otras propiedades físicas y químicas que pueden sufrir los suelos debido a un incendio forestal son:
En el aire y en la atmósfera
Debido a su naturaleza intensamente destructiva, los incendios forestales tienen la capacidad de liberar grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera en muy poco tiempo, en contraste con otras fuentes emisoras de dichos gases.
El humo surge como una consecuencia de la combustión de bosques y ecosistemas, llevando consigo implicaciones tanto para la calidad del aire a nivel local como para las condiciones climáticas a gran escala. La emisión de compuestos orgánicos hacia la atmósfera y de gases de efecto invernadero durante un incendio forestal contribuyen al fenómeno del calentamiento global. Asimismo, desempeñan un papel en la degradación de bosques y entornos forestales, al alterar directamente los mecanismos encargados de retirar el CO2 del entorno. Adicionalmente, este proceso reduce la visibilidad, lo cual tiene un impacto desfavorable en el tráfico tanto aéreo como terrestre.
En el agua
Los incendios forestales impactan en cada fase del ciclo hidrológico: intercepción, infiltración, evapotranspiración, retención de humedad del suelo y flujo de agua. Además, provocan pérdida de vegetación y degradación de suelos, alterando el ciclo natural del agua. Los cambios en el material orgánico y la cobertura en cuencas hídricas también influyen en este ciclo.
A día de hoy ningún propietario forestal nos ha llamado diciendo que su propiedad se ha incendiado, porque en Airco2 vemos fundamental la gestión forestal para prevenir los incendios. Sin embargo, entendemos que la amenaza siempre está presente, especialmente en épocas como esta, donde España se enfrenta a su tercera ola de calor del verano. Los incendios forestales son una preocupación constante en esta temporada, agravada por el cambio climático que incrementa la frecuencia y la intensidad de estos eventos.
En medio de la realidad que vivimos, la gestión forestal sostenible se convierte en un pilar esencial en la prevención de incendios. Más allá de esperar a que las llamas se desaten, Airco2 asume una posición proactiva y comprometida en la protección de nuestros valiosos ecosistemas.
Tú también juegas un papel crucial en la protección de nuestros entornos naturales. Aquí hay algunas acciones concretas que puedes tomar para contribuir a la prevención de incendios forestales y la conservación de nuestros ecosistemas
Concluyendo, el Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales, que se celebra cada 18 de agosto, cobra un significado aún más profundo a la luz de la urgencia que rodea esta temática. Esta fecha nos insta a tomar conciencia de las graves consecuencias medioambientales asociadas con los incendios forestales, mayormente causados por la actividad humana, ya sea de manera involuntaria o deliberada.
El propósito de este día no solo es recordarnos la importancia de prevenir incendios, sino también promover un uso responsable y seguro del fuego en nuestros entornos naturales. Desde evitar dejar basura en áreas forestales hasta abstenernos de encender fuego en épocas de riesgo, cada acción individual cuenta para proteger nuestros ecosistemas.